Me consta que en muchas escuelas e institutos, tanto en España como en América, se ponen como lectura mis obras El caserón del miedo y La decisión de Villalimpia. Me consta también que en ocasiones los alumnos hacen un trabajo sobre ellas, en el que deben averiguar el contexto de la obra, las motivaciones que me llevaron a escribirla… Así que intentaré dar unos datos sin desvelar las sorpresas que ambas guardan para el lector/espectador.
EL CASERÓN DEL MIEDO
El caserón del miedo es la traducción que yo mismo hice desde el catalán de mi obra Les nits de lluna plena (Las noches de luna llena), publicada por la Editorial Millà de Barcelona (http://www.todostuslibros.com/autor/garcia-barba-ignasi). La escribí en 1995 a petición de la actriz canaria Mónica Lleó, compañera de promoción del Institut del Teatre -Escuela Superior de Arte Dramático de Barcelona-; por entonces ella era profesora de un Taller de Teatro en una escuela de primaria y me pidió una obra para representar con sus alumnos de sexto a final de curso. Y como por esas fechas yo también era profesor de un Taller de Teatro -además de profesor de Historia y de Inglés- en la Escuela Profesional Salesiana Sagrado Corazón de Sant Vicenç dels Horts (Barcelona), aproveché esa misma obra para llevarla a escena con mis alumnos. Años más tarde traduje yo mismo la obra al español, haciendo algunos cambios -así que más que una traducción, es una adaptación-.
El tema de la obra, el desafío de dos pandillas a pasar la noche en una casa supuestamente encantada, viene de mi adolescencia. Entre los 13 y los 16 años tuve una pandilla de amigos en un pueblo en el que todavía paso temporadas, Els Hostalets de Pierola, a unos 40 kilómetros de Barcelona. Mi hermana también tenía su propia pandilla. Y eran pandillas rivales. Mi hermana y yo teníamos el sueño de poderlas unir algún día, aunque fuera esporádicamente, pero nunca lo conseguimos. Por otro lado, en esa época había en el centro del pueblo una gran casa abandonada, Cal Figueres -hoy ya no existe y en su lugar se erigieron dependencias municipales-, y a veces tanto mi pandilla como la de mi hermana nos planteábamos pasar allí una noche para comprobar si la casa tenía fantasmas como algunos decían en el pueblo. Todas esas vivencias de adolescente se agitaron en mi mente y encendieron la chispa que me llevó a escribir Les nits de lluna plena/ El caserón del miedo.
Por lo que respecta a la guerra que se menciona en algún momento, no es ninguna en concreto. En la época que la escribí (1995) estaba teniendo lugar la Guerra de los Balcanes en la que la antigua Yugoslavia se estaba desmembrando en diversos estados, y Bosnia-Herzegovina y Croacia fueron los que más sufrieron -junto con Kosovo, pero esa guerra se iniciaría más tarde, en 1998-. Una guerra civil cruenta que me hizo pensar en nuestra propia guerra civil, la española, que yo no viví pero mis padres y mis abuelos sí. Así pues, la guerra que se menciona en la obra podría ser cualquier guerra de las tuvieron lugar en el Siglo XX o que estén teniendo lugar en el Siglo XXI en cualquier parte del mundo.
LA DECISIÓN DE VILLALIMPIA
La decisión de Villalimpia es una traducción mía de la original en catalán, que se titula La decisió de Vila-neta y fue publicada por la Associació d’Actors i Directors Professionals de Catalunya en la colección Teatre-Entreacte. (http://www.todostuslibros.com/autor/garcia-barba-ignasi).
Su origen también está en el pueblo de Els Hostalets de Pierola, donde estuve viviendo en 1997-1998 con mis dos hijas pequeñas. En esa época hubo un intenso debate porque en el término municipal del pueblo se encuentra el vertedero metropolitano de Can Mata y se estaba debatiendo su ampliación. El Ayuntamiento estaba dispuesto a dar los permisos porque le parecía que dicha ampliación se había planificado de forma segura y porque con los ingresos que se recibirían por tener ubicado el vertedero en su término municipal, se podrían ofrecer muchos servicios a los ciudadanos (construcción de dependencias municipales, creación de una escuela de música, asfaltado de calles, creación de una línea regular de autobús a la estación de tren…). Sin embargo también había gente en contra, alegando malos olores procedentes del vertedero y manifestando el temor de que el suelo no estuviera adecuadamente impermeabilizado y las aguas subterráneas se acabaran contaminando. Fue un debate muy enconado, en el que familias enteras llegaron a enfrentarse. Eso me llamó mucho la atención.
El hecho de tener dos hijas pequeñas, que por entonces tenían 1 y 4 años respectivamente, también me hizo reflexionar sobre qué futuro debemos dejarles los adultos a los niños. Todo ello me empujó a escribir esta obra. Para el personaje del Hada Madrina me inspiré en una actriz cuyo desparpajo y vis cómica me gusta mucho, Whoopi Goldberg, en los papeles que interpretó en las películas Jumpin’ Jack Flash, Ghost y Sister Act –que inspiró el Musical que hoy en día está triunfando en el mundo entero y que la misma Whoopi Goldberg produce-.
Así pues, hay un factor común en ambas obras: el pueblo de Els Hostalets de Pierola. También presente en una novela que tengo en curso y que pronto verá la luz del día.