Tras haberse estrenado en el Teatro Moderno de Guadalajara, interpretado por la actriz María Jesús Luque, mi monólogo RUTAS DE ALTO RIESGO se estrena ya por fin en Grecia. Será el sábado 11 de mayo en la Sala 104 de Atenas y estará en cartelera al menos hasta el 2 de junio. Regentada por Paulina Caranastassi y Dimitriadis Thanos, la sala 104 es un centro de formación, de debate, de exhibición y de producción que tiene ya un público fiel. La Sala 104 está situada en el número 41 la calle Evmolpidon, en el barrio de Gazi, un antiguo barrio industrial centrado alrededor de una fábrica que daba nombre al barrio. En la actualidad Gazi es un barrio con una gran oferta cultural y de ocio (restaurantes, cafés, galerías de arte, presentaciones musicales…). La antigua fábrica funciona hoy como centro cultural y museo.
En sus inicios la Sala 104 estaba ubicada en un espacio más pequeño, pero después de 40 producciones teatrales, decenas de veladas musicales, numerosas presentaciones de libros y exposiciones de arte, se trasladaron a un espacio más grande, según ellos «porque junto con nosotros crecieron también nuestros sueños y las necesidades de nuestra sociedad.»
El espacio actual dispone de varios espacios de representación: «Espacio Central» con 80 butacas, «Black box», con 40 plazas y finalmente una sala de 150 asientos, «Open Space», ideal para presentaciones de libros, eventos musicales, talleres, exposiciones, seminarios, etc,
También dispone de dos salas de seminarios y laboratorios y un amplio bar en el vestíbulo (para ampliar información, consultad su web: www.104.gr). Algo así como lo que sería la Sala Beckett en Barcelona o la Sala Cuarta Pared en Madrid.
Así pues, un marco incomparable para la presentación de RUTAS DE ALTO RIESGO en Grecia. Desde aquí mi agradecimiento al traductor, Dimitris Psarras, que se está encargando de difundir en Grecia el teatro de autor escrito en catalán y en español.
Dimitris Psarras, junto con la traductora de teatro y teatróloga María Jatziemanuíl, ha creado la página web http://www.teatropasion.gr dedicada al teatro español, catalán e hispánico. El motivo de la creación de esta página es promover su trabajo como traductores de la mejor manera posible y contribuir a la difusión y a la rápida divulgación del teatro hispánico y catalán en Grecia y Chipre. Su proyecto ya cuenta con la confianza de muchos dramaturgos españoles, catalanes y sudamericanos como Josep Maria Benet i Jornet, Sergi Belbel, Juan Mayorga, Guillem Clua, Luisa Cunillé, Esteve Soler… En total, han traducido ya más de 60 obras del teatro español, catalán y sudamericano, muchas de las cuales se han montado en salas de teatro griegas y chipriotas. Gracias a su labor en 2012 se estrenaron en Grecia las obras De música y de hombres de Helena Tornero, El Congelador, de Abel Zamora, Contra la democracia, de Esteve Soler, La Tortuga de Darwin y La paz perpetua de Juan Mayorga, La cadena invisible de Carlos Ferrera, Las niñas no deberían jugar al fútbol de Marta Buchaca, La tierra de José Ramón Fernández, y Killer de Guillem Clua, en Chipre.
Además, la temporada 2011-2012 organizaron un Festival de Lecturas dramatizadas bajo el nombre 5 o’clock Teatro (que terminó con la presentación de la obra Himmelweg de Juan Mayorga), donde se presentaron 12 obras del teatro catalán y español contemporáneo (una cada domingo) y se publicaron las doce obras. De momento han podido contar con ayudas por parte de la Embajada Española en Atenas, gracias a la cual pudieron asistir al ciclo los autores Carles Batlle (a la lectura dramatizada de su obra Olvidar Barcelona), Josep Maria Benet i Jornet (para asistir a la presentación de la colección de las obras del Festival), Esteve Soler (para la presentación de la publicación de su Trilogía de los Contras en el Instituto Cervantes de Atenas) o José Ramón Fernández (para asistir al estreno de su obra La tierra).
Ésta es la ficha artística del montaje:
Director: Michael Palilis
Vestuario: Michael Palilis y Efi Lose
Iluminación: Sofia Alexiadou
Edición de material de vídeo: Natasha John E.
Fotos: Joanna Papouli
Asistente de dirección: Efi Lose
Interpretación: Soí Ksanzopulu
Sobre RUTAS DE ALTO RIESGO José Sanchis Sinisterra escribió lo siguiente:
«No hace muchos años, el monólogo era considerado por algunos autores, directores y aun teóricos del teatro una forma menor, un género artificioso y un recipiente dramático escasamente útil para dar cuenta de la complejidad del mundo y de la oscuridad interior del ser humano. Un solo personaje en escena hablando y hablando no parecía mucho más que un mero pretexto para el lucimiento del actor o de la actriz, o un vehículo simple para la transmisión de historias y/o situaciones escasamente teatrales. El hecho de que un importante número de grandes dramaturgos contemporáneos -desde Strindberg o Chejov hasta Achternbusch, Koltés o Wesker, pasando por Pirandello, Cocteau, O’Neill, Beckett, Pinter y tantos otros- no haya despreciado tan “humilde” recurso se justificaba, sin duda, como ejercicio ocasional, lateral, en el flujo principal de su obra dramática.
Bien es verdad que la creciente competitividad y el incremento de los costes de producción reinantes en el mercado teatral han hecho proliferar, en los últimos años, los espectáculos supuestamente monologales, muy a menudo simples conglomerados textuales mejor o peor zurcidos, cuando no dudosas adaptaciones de obras narrativas, en general realizados sin ningún planteamiento dramatúrgico, pero claramente al servicio del actor o la actriz que ha de interpretarlos. Sin negar el valor artístico de algunos de estos productos, no cabe duda de que se trata, más que de monólogos en sentido estricto, de espectáculos unipersonales, cuya aceptación por el público y hasta sus méritos teatrales dependen más de la calidad y/o el magnetismo de quien lo interpreta que de su consistencia dramática.
Y es que, con respecto al arte del monólogo, existe una gran indeterminación teórica y una general confusión práctica. Se halla muy extendida la suposición de que el discurso monologal consiste básicamente en la expresión de un personaje que habla “sin dirigirse directamente a ningún interlocutor” (soliloquio) o interpelando a esa vaga instancia receptiva que se conoce como el público. Pero la realidad es mucho más compleja. Una tipología más rigurosa -y atenta a las modalidades monologales de la dramaturgia contemporánea- podría individualizar hasta una decena de variables, caracterizadas cada una por un peculiar mecanismo discursivo y susceptibles de generar situaciones dramáticas de muy distinta índole.
Ignasi García conoce muy bien esta casuística diversa y compleja del arte del monólogo, y Rutas de alto riesgo es una muestra notable de este saber dramatúrgico y de la riqueza situacional que con él se puede desplegar. Su experiencia como actor, autor y director le permite construir un universo dramático de amplias dimensiones y feroz intención crítica, con sólo una actriz que habla y actúa ante el público. Pero esta actriz es, ante todo, un personaje consistente y complejo, y este público no es una vaga instancia receptiva sino una colectividad concreta que está ahí, por motivos igualmente concretos, complejos y consistentes.
Dicho con otras palabras: el rigor y el riesgo dramatúrgicos de Ignasi García en esta obra consisten en integrar a la actriz y al público en una misma situación ficcional, inmersos todos en un espacio y un tiempo que los construyen como sujetos de una específica circunstancia teatral. Todos son -somos- personajes convocados por el autor a un morboso viaje turístico que nos depara, por un módico precio, la posibilidad de ser espectadores y hasta cómplices de una cruenta guerra fratricida, vagamente balkánica.
Instaurando pues esta simple convención teatral (el personaje interpela al público atribuyéndole una identidad ficticia), todo un complejo universo dramatúrgico se despliega paulatinamente ante nosotros. Nos encontramos -la escena lo evoca- en un “interior sucio y muy deteriorado de un piso castigado por las bombas”, y los sonidos bélicos que proceden del exterior subrayan intermitentemente esta circunstancia. Pero también las palabras de Berta, obligada por su precaria situación económica a ejercer de guía en estas “Rutas de alto riesgo”, van configurando, en infernales círculos concéntricos, un espacio extraescénico que nos resulta lamentablemente familiar: calles bombardeadas, campos de refugiados, campos de exterminio con hornos crematorios, fosas comunes…
Las palabras de Berta -en conversaciones telefónicas- nos trasladan también a su espacio doméstico, allí donde su familia libra la pequeña guerra incruenta de su ausencia. Y hace más: remontando el tiempo, nos evoca el pasado feliz, casi idílico, de esta misma ciudad, ahora sumida en la destrucción y el horror, que Berta y su marido visitaron en su luna de miel.
Porque el personaje monologante no está solo: como se ha dicho, el público es -somos- un grupo de turistas morbosos que ha convertido el espanto bélico en espectáculo, y se precisa en individuos con nombres concretos: doña Esperanza, el señor Álvarez, don Gaspar, Amelia, Catalina, don Bernardo, doña Elvira, el señor Cárdenas, etc., cada uno con su idiosincrasia, trazada apenas con un rasgo fugaz, pero suficiente. Y, además de estos personajes directamente interpelados por Berta entre el público, su discurso invoca una multiplicidad de seres que pueblan el “escenario” de la guerra: tropas regulares, rebeldes organizados en guerrilla, refugiados, desertores, organizaciones no gubernamentales, ejércitos de la coalición internacional… (…)
No hace falta, pues, reiterar hasta qué punto el monólogo, cuando es abordado desde una perspectiva dramatúrgicamente ambiciosa, es capaz de contener tanta complejidad situacional y tan áspera intención crítica como cualquier otra estructura dramática. En Rutas de alto riesgo, Ignasi García demuestra que no hay formas menores y mayores, sino grados diversos de articular en los textos la exploración sistemática del mundo y del arte. En la sola voz de Berta resuena un coro multiforme y desgarrado que clama contra la barbarie en que la guerra mantiene sumida a la humanidad. ¿Hasta cuándo?»
Prólogo de la edición de RUTAS DE ALTO RIESGO.