Una dramaturgia a favor de la intención.

En la representación que ayer la Compañía TEATRE PELS DESCOSITS me brindó de mi obra RECONSTRUCCIÓN DE LOS HECHOS en el Sant Andreu Teatre (SAT), me llevé varias sorpresas: la primera, la gran calidad del nivel interpretativo y el altísimo grado de entrega de los actores en escena. Pep Salvat, Toni Navarro, Carles Araguz y Paulo Miranda, con la colaboración de Vier Araguz, me dejaron pegado a la butaca con su trabajo.

   Pero lo que me sorprendió más, y de manera muy grata, fue la dramaturgia y la particular puesta en escena que el joven director Martí Salvat (que está a punto de finalizar sus estudios en el Institut del Teatre de Barcelona) hizo del texto. Y no sólo del texto, Martí captó muy bien las intenciones que yo perseguía con la escritura de esta obra y presentó su particular visión, consciente del momento que estamos viviendo, en el que hay una crisis generalizada de los valores democráticos y de la capacidad de los ciudadanos para participar en las decisiones que afectan a su futuro. Una pérdida de derechos justificada por parte de los poderes políticos y económicos, que se amparan en la necesidad de ofrecer credibilidad a esas nebulosas sin cara llamadas «mercados». Y así, «por nuestro propio bien», se hacen recortes salariales, se mutilan la sanidad y la educación pública, se decretan reformas laborales salvajes e incluso se sustituye a representantes del pueblo por tecnócratas cuya misión consiste antes en tranquilizar a los mercados que en paliar las penurias que esta crisis está generando en la gente de a pie.

Y Martí Salvat, a mi juicio consciente de esta alarmante coyuntura en la que se iba a representar RECONSTRUCCIÓN DE LOS HECHOS, ha optado por reforzar todos aquellos aspectos que daban protagonismo a esa «Conspiración política en nombre del bien común» (por decirlo de algún modo) que lleva a unos poderes ocultos a asesinar a un presidente de gobierno electo.

En primer lugar destacaría la fragmentación de las dos escenas principales que constituyen el grueso de la obra. Usando un juego de oscuros y un ágil movimiento de los actores en escena, Salvat va de una escena a otra dando así más ritmo a la puesta en escena y obligándonos como público a hacer una verdadera reconstrucción de esta conspiración que se narra, poniendo las piezas que nos va ofreciendo de este puzzle en el lugar que les corresponde. En segundo y tercer lugar, quiero destacar dos monólogos que incluye, que no están en el texto. Pero cabe decir que me gustó tanto su presencia en el montaje, que me arrepiento de no haberlos puesto de inicio. Uno de ellos es el monólogo de Bruto que en la obra de Shakespeare intenta justificar la muerte de Julio César, magníficamente recitado por Vier Araguz y sustituyendo las referencias a Julio César por las referencias al Presidente.

El otro monólogo es el último discurso que pronunció Kennedy antes de ser asesinado, con el que el director optó por empezar la obra. Lo reproduzco a continuación:

«La propia palabra secreto es repugnante en una sociedad libre y abierta; y nos hemos opuesto intrínseca e históricamente a las sociedades secretas, a juramentos secretos y a procedimientos secretos. Porque nos enfrenta en todo el mundo una conspiración monolítica y despiadada que se basa principalmente en medios encubiertos para expandir su esfera de influencia basada en infiltración en lugar de invasión, en subversión, en lugar de elecciones, en intimidación en lugar de libre elección. Es un sistema que ha usado vastos recursos humanos y materiales para construir una máquina eficaz estrechamente tejida que combina operaciones militares, diplomáticas, de inteligencia, económicas, científicas y políticas. Sus preparativos son ocultos, no se publican. Sus errores son enterrados, no salen en los periódicos. Sus disidentes son silenciados, no elogiados. No se cuestionan los gastos, no se publican los rumores, no se revelan los secretos. Es por eso que el legislador ateniense Solón decretó como delito que los ciudadanos se desentiendan de las controversias. Pido su ayuda en la tremenda tarea de informar y alertar a la población norteamericana, confiando que con su ayuda los hombres serán como han nacido, libres e independientes.»

A todos los que han estado presentes en este proyecto de TEATRE PELS DESCOSITS i especialmente a Martí Salvat, mi enhorabuena y mi agradecimiento por ofrecerme una lectura de mi propia obra a través de un prisma comprometido y enriquecedor.