“Nada en el mundo que valga la pena se ha conseguido sin pasión.”
Hegel
Haciendo balance, este primer cuatrimestre de 2017 ha sido muy satisfactorio. En primer lugar, por haber recibido a principios de año una mención de honor en el Certamen Nacional e Internacional de Teatro Breve “Carlos Aguilera” (Uruguay) con la obra El tesoro indígena. Qué duda cabe que un reconocimiento te anima a seguir adelante y te hace pensar que no vas por mal camino. Y más cuando viene del país que acogió con los brazos abiertos a nuestra gran y queridísima actriz Margarita Xirgu, la musa de Federico García Lorca.

Norman Bethune ante la ambulancia del Servicio Canadiense de Transfusión de Sangre
A finales de enero tuvo lugar en el Centro Cultural Conde Duque (Madrid) la lectura dramatizada de la obra Sangre para la libertad, basada en la vida de Norman Bethune, un médico canadiense que en 1937 se unió a la Brigadas Internacionales y que llevó a cabo transfusiones de sangre en primera línea del frente con una ambulancia medicalizada que él mismo ideó. La obra fue un encargo de los Amigos de las Brigadas Internacionales, y consistió básicamente en una dramaturgia de textos de Norman Bethune y de Jesús Majada, un experto en la vida de este médico canadiense y en uno de los episodios más trágicos de la Guerra Civil, el llamado «crimen de la carretera de Málaga a Almería», en el que miles de civiles que huían de Málaga (recién capturada por las tropas franquistas) para ir a refugiarse a Almería, fueron bombardeados por mar y aire por los golpistas. La dirección de la lectura estuvo a cargo de la actriz y directora Hitos Hurtado, y en ella participó también la actriz y directora María Jesús Luque en el papel de Frances Campbell Penney, la esposa de Norman Bethune.

Juan Jesús Luque como Sancho Panza
Luego vino el estreno en Málaga de mi última obra, La última salida de Sancho Panza -de la que ya he hablado aquí extensamente-, que subió a escena gracias al esfuerzo, el empeño y la ilusión del actor y director Juan Luque, y que promete tener larga vida. Pero la voz de Sancho no se ha quedado sola: al haber planteado el monólogo como un ensayo en el que nuestro ilustre escudero practica delante de una silla vacía cómo decirle a su esposa, Teresa Panza, que piensa irse a correr aventuras, me vino la necesidad de escribir la réplica de Teresa. Y así surgió otro monólogo, La última carta de Teresa Panza. La escena tiene lugar tras la agria discusión que Teresa ha tenido con Sancho, tras la que este se ha resignado a quedarse en casa por la actitud hostil de su mujer. Pero no por largo tiempo, Teresa sabe que habrá un nuevo intento porque no ha conseguido erradicar de la mente de su marido la idea de irse a correr aventuras escuderiles como hizo antaño con su señor don Quijote. Al iniciarse el monólogo, Sancho está fuera de escena, durmiendo en su alcoba la borrachera del día anterior, puesto que tras la discusión con su mujer se fue a la cantina. Y Teresa le está dictando una carta a alguien a quien tampoco vemos. Una carta dirigida a la famosa Duquesa que le concedió a Sancho el gobierno de la Ínsula Barataria, porque Teresa Panza cree que la tal Duquesa -con la que llegó a cartearse mientras su esposo ostentó el cargo de gobernador- sabrá convencer a Sancho para que abandone la loca idea de partir de nuevo.
El texto de esta segunda parte es una dramaturgia de los capítulos del Quijote que tienen que ver con Teresa Panza y de pequeños fragmentos de otras obras de Cervantes (sobre todo Trabajos de Persiles y Segismunda).
Ambos monólogos forman la obra que he titulado En un lugar de la Mancha, que este próximo mes de julio publicará la editorial Fundamentos. Y, si todo va bien, la compañía teatral Escudero Andante (que ha fundado el propio Juan Luque junto con la también actriz Chus Bernal) la pondrá en escena.

Momento de la representación de El médico de Alepo
Este mes de abril un grupo de teatro joven del municipio de Puig-Reig (Barcelona), el Grup Juvenil Esplai de l’Ametlla de Merola, ha puesto en escena, en catalán, mi obra El médico de Alepo junto con dos escenas de otra obra mía, Futuro Perfecto, en las que se hace referencia a la relación padres-hijos y a la forma en que se educa a estos últimos (las escenas son Malas compañías y La democracia romana). El montaje estaba realmente cuidado y cautivó al público al mismo tiempo por su dureza y por su poeticidad, y parte de los ingresos de taquilla se donaron a la ONG Pro-activa Open Arms, que se encarga de salvar a los refugiados que surcan el Mediterráneo intentando llegar a Europa.
La entrega, la ilusión y el nivel de esos jóvenes actores, bajo la lúcida dirección de Juanjo Mora -que ha sabido potenciar con su trabajo lo que el texto pretendía provocar en el espectador-, me hacen pensar que en los próximos años veremos surgir una generación de actores muy prometedora en Cataluña.

El elenco actoral de LA PURÍSIMA
También este abril, el grupo Xchamana, que representó anteriormente mi obra Amanecer en Orán, ha estrenado en Chihuahua (México) bajo la dirección de Oswaldo Tarrés, una adaptación de mi obra La aparición, que han titulado La Inmaculada y en la que el papel del musulmán es sustituida por un mormón. Este montaje ha tenido una curiosidad: el papel de Pilar, la madre que acude ante la Virgen para que la sane de su enfermedad, ha sido interpretada por un actor masculino, el propio Oswaldo Tarrés. Y al parecer esta decisión tan arriesgada gustó al público.
Finalmente, esta primavera seguiré visitando varios centros de enseñanza en los que han puesto como lectura a alumnos de Primero y Segundo de ESO dos obras mías, El chip experimental y El delegat. Según me cuentan alumnos y profesores, ambas lecturas están gustando mucho.
¿Qué más se puede pedir?